Se supone que el proceso de fosilización, es decir, la substitución de los minerales que componen el hueso, por aquellos que forman el sedimento, tarda más de 11.000 años. Por ello, un hueso con menos de esa edad sigue manteniendo en su composición parte de la materia original del hueso, y por ello aun no es un fósil del todo.
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